viernes, 2 de marzo de 2012

Sale & Pepe

Hace algunas semanas os hablé de un restaurante italiano que me gustaba. Y hoy os voy a hablar de uno que no me gusta.
La comida no estaba mal, todo hay que decirlo, tampoco es de las mejores que he probado pero el servicio ha hecho que no vuelva.
Os hablo de la pizzeria Sale & Pepe. Yo fui a la que está situada junto a la concatedral de San Nicolás, en Alicante, aunque hace algún tiempo han abierto otra en la esquina de la Calle Castaños, zona de ocio y restauración que cada vez resurge más.
A este establecimiento he ido dos veces, la primera sin incidencias pero la segunda ha hecho que no vuelva. Nunca puedo decir de este agua no beberé, pero si puedo evitarlo, no pisaré su local.
Era un día de partido de fútbol entre semana, creo que era mundial o Eurocopa o algo así. Jugaban dos equipos extranjeros por lo que los bares de la plaza estaban llenos, pero el restaurante estaba vacío porque no ponían el fútbol. Aprovechamos y entramos. Tardaron poco en tomarnos nota. Pedimos un provolone, una ensalada y un calzone. Éramos dos, todo a compartir.
Primero nos trajeron el provolone, cuando lo acabamos nos trajeron la ensalada y después nos retiraron la ensalada.

Cuando estábamos terminando la ensalada empezó a llegar gente porque había terminado el partido. Pasaron más de 20 minutos, no teníamos ningún plato en la mesa y nuestro calzone seguía sin aparecer. El problema es que al resto del restaurante sí les estaban sirviendo las pizzas y demás comanda. Le dijimos al camarero que que pasaba con nuestro calzone y nos dijo que ya venía. Pasaron otros diez minutos y seguía sin aparecer. Volvimos a preguntar, esta vez al encargado y de muy malas formas nos contestó que no estaba hecho que cree que se les había traspapelado lo que habíamos pedido, que iba a mirar porque pensaba que ya estaba en el horno. A los 10 minutos viene y nos dice que nuestro calzone no estaba hecho que si lo queríamos que nos lo hacía. (Hace más de una hora que lo he pedido, eso que significa?)

Con las mismas le pedimos la cuenta y nos fuimos. Eso sí, sin un perdón, lo siento ni nada por el estilo. La actitud fue prepotente hacia nosotros por lo que ya no tengo ningunas ganas de volver. Creo que tengo el mismo derecho a que me traten con respeto como el resto de clientes, sea de la nacionalidad que sea.

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